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¿Ataques de pánico o ansiedad?

Hemos oído hablar de ansiedad, ataques de pánico, TAG (trastorno de ansiedad generalizada), fobias, con mucha liviandad, mezclando los términos, lo cual genera confusiones, o se minimizan dichas patologías. Es por ello que, desde Metele Vida, creemos necesario conocer más sobre definiciones y síntomas de cada uno basándonos en fuentes reconocidas además de las experiencias vividas.

Aclaramos en principio que la ansiedad es un aspecto normal del estado emocional de los seres humanos, en el cual existe un alto grado de actividad del sistema periférico. Este estado emocional está ampliamente relacionado con el sentido de supervivencia, tal como lo son el miedo, la ira, la tristeza y la felicidad.
La palabra ansiedad proviene del latín anxietas que traduce a un estado de angustia o aflicción que puede sufrir una persona sin necesidad de existir motivo alguno para tener realmente una preocupación o estrés que conlleve a la pérdida de control o sensación de no tener solución al problema presentado.
Ahora bien, el vivir dependiendo del futuro puede producir graves problemas de trastorno generalizado de ansiedad. La Organización Mundial de Salud (OMS) considera que la ansiedad prolongada y sin tratamiento puede causar un ataque de pánico así como generar un trastorno obsesivo compulsivo y fobias en la persona que la sufre.
La ansiedad se ha convertido en un problema que afecta a una gran parte de la sociedad; no solo a las personas adultas, sino también a las más jóvenes, “la ansiedad es la novena causa principal entre los adolescentes de 15 a 19 años”. (OMS)

Los ataques de pánico son desregulaciones de ansiedad. Aparecen cuando nos sentimos amenazados -puede ser, por ejemplo, un estímulo que nos recuerde una experiencia traumática del pasado. No dura días, sino, como mucho horas, con la ansiedad es todo lo contrario. En muchas ocasiones, la persona es incapaz de identificar lo que ha provocado el ataque de pánico.

“A nivel corporal, el corazón se acelera, las manos transpiran, todo se ve ligeramente más brillante porque se te dilatan las pupilas. Básicamente, los síntomas corporales son los de cualquier mamífero en alerta máxima”, explicó la periodista e investigadora Ana Prieto las características iniciales de un ataque de pánico. “Y si no sabés que estás pasando por un ataque de pánico, no hay nadie que te convenza de que no estás muriéndote; nadie que te convenza de que se trata de una condición psicológica pasajera que no puede durar mucho más de diez minutos. Nadie. Por eso cada persona que pasa por un panicazo termina en una guardia médica, convencido de que está al borde del infarto o de un ACV”
Según los especialistas, los síntomas físicos son variados y pueden combinarse de diferentes formas. Los más frecuentes son: palpitaciones, sudoración, temblor de manos, piernas flojas, náuseas, molestias abdominales, mareos, dolor de cabeza, opresión en el pecho, sensación de ahogo o falta de aire y sofocación.

Entre los cognitivos se encuentran el miedo a morirse o a que algo terrible esté por suceder; miedo al desmayo y al descontrol, sensación de irrealidad o de extrañeza acerca de lo que pasa o de uno mismo y sensación de estar como en un túnel, como si estuviera obnubilado.

La ansiedad no actúa de esta manera. Hay personas que sienten ansiedad al subirse a un avión o tener que conducir. De forma contraria a los ataques de pánico, en lo relativo a la ansiedad hay un factor donde tienen especial importancia las expectativas o la respuesta ante una situación ya vivida en el pasado.
La ansiedad es una reacción ante algo concreto (conocer a alguien, presentarse a un examen, etc.). En cambio, el ataque de pánico surge sin que la persona sepa identificar la causa; por eso es tan desconcertante y produce tanta indefensión.

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Dentro del Trastorno de ansiedad se encuentran la dificultad para dormir, la sensación de nerviosismo que perdura, tener problemas intestinales, como la diarrea repentina y sin motivo alguno, no ser capaz de controlar las preocupaciones y que te sientas tentado a evitar las situaciones que te generan ansiedad.
Con respecto al ataque de pánico, los síntomas son algo distintos, como ya hablamos pueden aparecer mareos o sensación de aturdimiento, dolor o molestias en el pecho, palpitaciones muy fuertes, miedo a morir y a perder el control, entumecimiento y hormigueo en las extremidades, entre otros síntomas igual de desagradables.

Puede que tengas pensamientos obsesivos o que te preocupes demasiado, quizás sientas que muchas veces perdés el control, que comenzás a respirar más deprisa, que se te hace un nudo en la garganta… En este contexto, aunque en ocasiones los síntomas parezcan insoportables, no es un ataque de pánico, sino que se trata de ansiedad.

Una de las razones por las que suele confundirse el ataque de pánico con la ansiedad es porque están relacionados. Cuando la ansiedad persiste en el tiempo se pueden producir ataques de pánico. Es una reacción del cuerpo que alerta de que la ansiedad ha rebasado los límites. Pero esto es momentáneo y una vez el ataque de pánico desaparezca la ansiedad volverá en forma de preocupaciones, insomnio, dolores de estómago, etc.

Estas son algunas de las diferencias entre el ataque de pánico o ansiedad. Se confunden cuando se habla de ellos, pero no son iguales.

Es muy importante buscar ayuda profesional para poder resolver aquello que causa la ansiedad generalizada o los terribles ataques de pánico. Se puede mejorar la calidad de vida, se puede sanar. Se puede salir adelante.

Fuentes consultadas:
Periodista e Investigadora Ana Prieto- Autora de “Pánico. Diez minutos con la muerte” 
Diferencias entre ansiedad y pánico, Psicóloga Gema Sánchez Cuevas https://lamenteesmaravillosa.com/

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