Las creencias, este conglomerado de pensamientos, miradas, gestos, percepciones de la realidad, se extienden a todas las áreas de nuestra vida. Así nos constituimos como personas que tienen un mundo en su interior de creencias; y desde ese conglomerado miramos, pensamos, juzgamos y actuamos, es decir, somos parciales a la hora de evaluar la realidad. Es como si miráramos la vida con un par de gafas, y cada uno tuviéramos unas diferentes con características especiales que hacen que nuestra visión sea de un modo particular. Un ejemplo de ello son los lentes 3D: cuando miramos una película 3D esos lentes se adaptan perfectamente al formato de la película. Sin embargo cuando intentamos mirar a un lado vemos todo distorsionado. Si nosotros seguimos con los lentes puestos vamos a ver que poco a poco nos acostumbramos a esa visión de las cosas, tanto que se vuelve natural en nosotros observar las cosas de ese modo. Incluso puede ocurrir que nos olvidemos que tenemos dichos lentes puesto entonces creamos que esa es la realidad.
Así podemos ver que si miramos la realidad con lentes de cualquier tipo la mirada que tendremos será desde una perspectiva distorsionada, parcial y subjetiva. Por eso, es importante intentar mirar la realidad sabiendo que tenemos unos lentes para mirarla. Cada persona tiene los suyos, únicos, diferentes y particulares. El objetivo es mirar sabiendo que tenemos esa mirada y a su vez intentar salir de la particularidad de nuestras visiones para intentar ser objetivos.
En el ámbito académico de cualquier ciencia, en especial en el de las ciencias sociales, se busca la objetividad para poder descubrir, en la medida de lo que es posible cual es la realidad real. Sin embargo, hay que estar atentos que ese conglomerado de ideas, creencias y pensamientos siguen operando en nosotros, haciendo que la realidad sea parcial y subjetiva, ya que somos sujetos mirando a otras cosas y/o sujetos.
Sin embargo, como dijimos anteriormente, no estamos acostumbrados a percibir estas creencias, miradas, voces que son el fundamento de nuestro mundo interior. No nos enseñan a pensarnos, a mirarnos, simplemente actuamos. De aquí la importancia del autoconocimiento de la auto indagación, ya que esta nos permitiría poder observarnos con una mirada más reales, despojadas de las valoraciones personales y/o familiares. Poder mirarnos sabiendo que tenemos puestas determinadas gafas que transforman nuestra realidad, que la condicionan, pero que a su vez la nutren y la llenan de originalidad.
Lic. Virginia Sabugo
