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La pandemia y nuestros niños. Cómo impacta en sus vidas y cómo podemos ayudarlos.

¿Es normal esa reacción de mi hijo? Está irritable, enojado, tiene miedos, está aburrido, cansado, me grita, está siempre hiperactivo, no quiere salir a la calle…
Se me acabaron las herramientas…¿Qué hago?

Seguramente estas reacciones en tus niños te suenen. Alguna de ellas o ¿todas?

En mi caso, hace unos meses algunas de esas emociones comenzaron a atravesar las puertas de mi hogar, y comprendiendo lo complejo de la situación que vivimos a nivel mundial en todos los aspectos, comencé a investigar qué tan normal puede ser y cómo puedo ayudar a mi pequeña a transitar este momento…Claro! teniendo en cuenta que los adultos también estamos reorganizando y reordenando nuestra vida de acuerdo a las nuevas medidas, y que también nos agotamos, nos frustramos, nos angustiamos.


Me parece importante que si nuestros niños presentan cambios de comportamiento alarmantes recurramos a un profesional, a nuestra psicóloga de confianza, (siempre tenemos una) y abrirnos a recibir nuevas herramientas para sacar de la galera cuando sea necesario.


Es bueno y enriquecedor (y esto es pura experiencia) abrirnos a nuevas perspectivas para encarar una situación…cambiar las formas, darle una vuelta de tuerca a la cosa, ¿verdad?

Niño Sentado, Jeans, En La Puerta, Grito, Triste

Buscando, consultando, encontré un estudio muy completo sobre los efectos en la Salud Mental de niñas, niños y adolescentes por COVID-19 realizado por UNICEF en el mes de mayo que me pareció sumamente interesante.

La investigación se realizó con el objetivo de generar información que permita conocer los efectos que la pandemia por COVID-19 producen sobre el estado de salud mental de niñas, niños y adolescentes, y presentar recomendaciones que orienten las acciones de diferentes actores relevantes, para evitar el sufrimiento y proteger la salud mental de niñas, niños y adolescentes.

El estudio, en lo que respecta a las emociones y efectos en la salud mental vividas a consecuencia de la pandemia, arrojó que:


Entre las niñas y los niños de 3 a 12 años se observan expresiones de malestares subjetivos que no constituyen patologías en sí misma ni trastornos en salud mental. Tampoco impactaban sobre la continuidad de las actividades cotidianas, sino que responden a reacciones defensivas y adaptativas esperables frente a la incertidumbre y preocupación que produjo y produce la pandemia. Las y los referentes manifestaron que se encuentran más irritables, de mal humor, enojados, fastidiosos, y más intolerantes. Un bajo porcentaje dijo sentir miedos y temores vinculados a la preocupación por el contagio de sus padres, en la primer medición que se incrementó con el paso del tiempo.

En la segunda medición se observó una profundización de diversos malestares subjetivos:
aproximadamente la mitad de las niñas y los niños se angustiaban fácilmente o lloraban mucho, se enojaban más que antes, estaban irritables, ansiosas o ansiosos y/o tenían altibajos emocionales. También, algunas y algunos manifestaban cambios o trastornos en la alimentación y/o el sueño.


Estas emociones y comportamientos se acentuaron entre la primera y la segunda medición (1 de cada 2 niñas y niños estaban más angustiados, más irritables, 16 más ansiosas y ansiosos, y presentaban más altibajos emocionales) y disminuyeron entre la segunda y la tercera por la expectativa del encuentro con amigas y amigos, las vacaciones y la vuelta a las aulas.


Sin embargo, coincidentemente con la expectativa del retorno escolar, en todos los grupos etarios se expresaron con mayor intensidad los miedos a enfermarse y la preocupación por convertirse en vectores de contagio de sus familiares, en particular de quienes son parte de los grupos de riesgo.

“Es triste porque no puedo ver a mi abuelo por eso”. Delfina, 6 años, Comodoro Rivadavia

Entre las y los adolescentes se observó una expresión mayor de malestar subjetivo que en las niñas y los niños.
La exclusividad tiempo-espacio privado en términos de convivencia familiar
implicó la reorganización de las rutinas. Algunos de estos cambios fueron señalados con una connotación negativa mientras que otros fueron matizados y expuestos de manera reflexiva y positiva, y emergen como resultado de sus propios procesos de búsqueda y adaptación a este momento histórico.


La reducción significativa de los intercambios con pares y otros referentes adultos no convivientes se expresa en altibajos emocionales, desgano, enojo, irritabilidad, angustia y resignación. También algunas y algunos mencionaron atravesar emociones de soledad, tristeza, ansiedad, miedo y presentar una mayor sensibilidad.


Estas emociones, en especial en quienes están cercanos a la finalización del ciclo secundario, aparecen ligadas a la incertidumbre respecto a las posibilidades de concreción de sus proyectos futuros. Aunque en la tercera medición se observó una disminución en la tristeza, 1 de cada 2 adolescentes refirió sentirse triste y un tercio manifestó sentimientos de soledad durante todo el período.

Te dejo el estudio completo (link a continuación), ya que te va a aportar mucha información al respecto.

http://metelevida.com.ar/wp-content/uploads/2021/06/Estudio-sobre-los-efectos-en-la-salud-mental-de-niñas-niños-y-adolescentes-por-COVID-19.pdf

¡Deseo que te sume!

Fuente: http://www.unicef.org/argentina

Tapa salud mental covid19

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