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El pensamiento estructurado y la calidad de vida

“Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes

Albert Einstein

En psicología se considera al pensamiento estructurado como al conjunto de ideas preconcebidas que representan uno o mas aspectos del mundo. En otro concepto similar se sostiene que  son estructuras que organizan nuestros conocimientos y suposiciones sobre algo y son utilizados para la interpretación y procesamiento de la información.

En estas definiciones puramente académicas sobre el pensamiento estructurado encuentro dos palabras que considero claves para entender cómo este tipo de pensamientos puede impedirnos alcanzar un mejor nivel de vida.

Por una lado la palabra “preconcebida” nos indica que hemos formado razonamientos sobre aspectos del mundo antes de conocer realmente de que se trata ese aspecto. La palabra preconcebida, indica que podemos estar formando ideas falsas al no conocer la verdad sobre una cuestión. Estas ideas las “hacemos nuestras” para usarlas una y otra vez ante diferentes situaciones de la vida, como si se tratase de una verdad irrefutable.

En la segunda definición sobre el pensamiento estructurado resalto la palabra suposición. Una popular frase sostiene “la suposición es la madre de todos los errores”. Es que suponer nos lleva a que cometamos errores dando que adoptamos ideas falsas al no conocer su verdad inherente.

Ambas definiciones sobre el pensamiento estructurado tienen como corolario que éste mecanismo de nuestra mente para procesar e interpretar la información del mundo que nos rodea nos lleva a cometer errores. Sin embargo ¿por qué lo usamos?.

Reflexionando sobre esta inquietud creo fervientemente que el pensamiento estructurado nos da una falsa sensación de seguridad. La estructura de pensamiento “si esto, entonces aquello”, nos dice con certeza qué resultado tendremos si realizamos determinada acción. Cuando los resultados son positivos, nos aferramos a esa estructura de pensamiento, porque nos genera seguridad, esa “zona de confort” de la que hablan en psicología.

El pensamiento “si esto, entonces aquello” también es responsable y está en acción cuando obtenemos resultados negativos. Es en este punto donde todos debemos trabajar, cambiando nuestras acciones para obtener resultados diferentes, cambiando nuestras acciones para que los resultados que antes eran negativos se conviertan en algo mejor. Al cambiar estas acciones que nos generan desenlaces negativos, nuestro andamiaje estructurado de pensamiento comienza a bambolearse como una escalera vieja, momento en el que debemos mantenernos firmes generando nuevas conductas para no volver a los pensamientos habituales con la falsa sensación de seguridad.

El proceso de romper las estructuras mentales es doloroso, no lo niego, nos invade una sensación de inseguridad, nuestra mente colapsa al “obligarla” a hacer algo distinto, aparece el miedo como si se tratase de un diablillo en el hombro que nos tienta convencer de volver a lo habitual, a lo que ya conocemos, a lo estructurado. Pero la certeza de que vamos a obtener un nuevo resultado diferente a los anteriores, es suficiente incentivo para continuar el proceso de cambio con el único objetivo de mejorar nuestra calidad de vida.

Se me ocurre un ejemplo clásico que es el laboral. En estas épocas es cada vez más frecuente que trabajos o actividades pasen a ser poco rentables al no actualizarse con la nueva realidad que vivimos. “¿Por qué voy a cambiar algo que mi familia sabe hacer desde hace generaciones?”, ” yo a esto ya le agarre la mano y lo voy a continuar haciendo así ! “, son afirmaciones de un pensamiento estructurado que se niega a cambiar, se niega a ingresar a una zona poco conocida que genera inseguridad.

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